Golpe de Estado 1962: Frondizi
La relación entre el presidente Arturo Frondizi y las Fuerzas Armadas empezaron a deteriorarse. Los militares no habían visto con agrado los resultados de las elecciones provinciales celebradas en marzo de 1962 y que habían concluido con la victoria de varios candidatos simpatizantes del peronismo.
Como consecuencia de la victoria de los candidatos antes mencionados provoco que las Fuerzas Armadas dieran un nuevo golpe de Estado para destituir al presidente.
El 29 de marzo, por la mañana, los militares detuvieron al presidente Frondizi, quien había sido avisado el día anterior de lo que iba a ocurrir. El acuerdo previo había sido que la presidencia fuera ocupada por un civil.
Antes de que ese día terminara, el presidente provisional del Senado, José María Guido, asumió la presidencia vacante. Gracias a la ayuda de algunos parlamentarios y funcionarios gubernamentales, Guido consiguió que la Corte Suprema de Justicia le tomara juramento antes de que llegaran los militares.
Al día siguiente tuvo lugar una reunión entre el nuevo presidente y los jefes de los ejércitos. Estos tuvieron que asumir los hechos consumados, aunque impusieron algunas condiciones. Así, obligaron a Guido a cerrar el Congreso y a intervenir en las provincias gobernadas por los peronistas.
Las siguientes elecciones se convocaron en 1963, de nuevo sin la participación del peronismo. El vencedor fue Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical.
Como consecuencia de la victoria de los candidatos antes mencionados provoco que las Fuerzas Armadas dieran un nuevo golpe de Estado para destituir al presidente.
El 29 de marzo, por la mañana, los militares detuvieron al presidente Frondizi, quien había sido avisado el día anterior de lo que iba a ocurrir. El acuerdo previo había sido que la presidencia fuera ocupada por un civil.
Antes de que ese día terminara, el presidente provisional del Senado, José María Guido, asumió la presidencia vacante. Gracias a la ayuda de algunos parlamentarios y funcionarios gubernamentales, Guido consiguió que la Corte Suprema de Justicia le tomara juramento antes de que llegaran los militares.
Al día siguiente tuvo lugar una reunión entre el nuevo presidente y los jefes de los ejércitos. Estos tuvieron que asumir los hechos consumados, aunque impusieron algunas condiciones. Así, obligaron a Guido a cerrar el Congreso y a intervenir en las provincias gobernadas por los peronistas.
Las siguientes elecciones se convocaron en 1963, de nuevo sin la participación del peronismo. El vencedor fue Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical.
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